lunes, 27 de agosto de 2018

Escribo.

La primera vez que pensé en matarme
y no en morir vieja enferma y aún sola
descubrí el miedo porque el mal me asola.
Al día después no supe enfrentarme.

En mi vida entró para desarmarme;
sí, como una ola, como una ola,
la locura entró en mi vida, desola
esta imagen del espejo al mirarme.

Cuando más tarde me sentí suicida,
con el dolor anidado en las vísceras,
yo no me arranqué la lengua de cuajo

cotidianamente seguí con vida
me tragué mil millones de úlceras,
y con sangre huida escribo a destajo.

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