sábado, 11 de marzo de 2017

2. Sobre la incondicionalidad.

Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa. 
Se equivocaba. 
Rafael Alberti


Lo sorprendente de la incondicionalidad
es justamente eso,
que tatúa un 'siempre' donde antes vivieran las dudas,
y sin orden ni concierto,
se construye un hogar en los muros de carga de mi cuerpo.

Lo bueno de la incondicionalidad
es justamente eso,
que es escalera a la que agarrarse cuando no hay red,
y sin arnés ni miedo
miro hacia abajo miro hacia arriba y solo encuentro tu sonrisa.

Lo malo de la incondicionalidad
es justamente eso,
que siendo escalera y muro de carga,
y aun sin escrituras ni peldaños,
no puedo esconderla en la maleta del futuro que nunca tuvimos,
y olvidarla.



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