La última vez que te vi
ya no estabas asomado
a la ventana.
La última foto que tengo de nosotros,
es un dibujo que hice de tu rostro.
A mí no se me quiere desde la cobardía
no entiende de miedo mi amor
no entiendo
de mentiras ni de promesas que nunca son ciertas
ni de aquello que dices sentir y que te prometes
(dolido y con tu pie izquierdo sobre el ataúd)
no volver a permitir
y
(como un reloj,
como bomba defectuosa que intenta matar todo lo que siento)
no te permites hasta que lo olvidas y
desde tu olvido superas.
No creo en otro amor,
porque yo declaré no volver a escribirte y aquí estoy,
pensando en lo feliz que fui cuando pensaba que éramos felices,
encendiendo una vela al futuro que tendríamos
si hubieras venido a buscarme ayer.
Si continuara creyendo en que el mundo sería mejor,
si tú siguieras
dizque
queriéndome.
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